Hoy, miércoles, presiento que va a ser un día (especialmente una tarde-noche) en el que me invadirá un especial sentimiento de orgullo.
Hoy nuestro hijo mayor, recién cumplidos los 15 años, embarcará en el ferry que le va a llevar a Inglaterra para pasar allí los próximos 25 días...
Una mezcla extraña de sentimientos se agitan aquí dentro, en mi cabeza y en mi estómago..
No puedo evitar recordarme a mí mismo, en el verano del 85, con un par de años más que mi hijo ahora...embarcando en un pequeño avión rumbo al mismo pais, supongo que con sus mismas inquietudes y las mismas incógnitas que se irán despejando a medida que pasen las horas y los primeros días.
Le veo muy mayor, ya no es el niño, (ni de lejos) al que había que vigilar mientras trepaba en los toboganes de los parques de Valladolid o de Oviedo, tampoco es aun un hombre, tan solo un chaval de 15 años, pero con una cabeza muy "bien amueblada", que se suele decir cuando tienes las cosas bastante claras....
No podemos estar más orgullosos de él, de cómo va creciendo... Se lo escribí en un whatsapp hace apenas una semana cuando cumplió los 15, y se lo tuve que escribir porque decírselo en persona hubiese sido demasiado intenso para no llorar...y tampoco era cuestión de dramatizar el día de su cumple...
Si hace unos años tuviera que haber escrito cómo deseábamos que nuestro hijo mayor creciera, cómo quisiéramos que fuese su comportamiento, su forma de razonar o de pensar... nunca hubiéramos mejorado la realidad de hoy.
Por eso nos sentimos hoy felices, orgullosos, inquietos, expectantes, nos sentimos mucho mayores que ayer, porque nuestro hijo mayor comienza a experimentar por sí mismo nuevos sabores, nuevos amigos, nuevas experiencias, que le van a hacer con seguridad más valioso, más interesante, más rico, mejor persona...
Ya no necesita los vigilantes ojos y manos de su padre tras él en la escalera de un tobogán imaginario... y por eso me siento hoy tan orgulloso.
Disfruta este viaje como tú te mereces...
