domingo, 14 de marzo de 2010

30 AÑOS SIN FELIX


Lo recuerdo bien, como todos los que ya hemos dado la vuelta de la esquina de los cuarenta.

Yo tenía 12 años, estrenados hacía pocas semanas, y estaba en mi colegio, La Salle, en el que sería mi último año de EGB, y mi último año en ese Colegio.

Unos días más tarde se hizo famosa la canción tan pegadiza que enviaba a Félix un último ruego...hazme sólo un favor...

He intentado enseñar a mis hijos sus programas, que afortunadamente pude conseguir en DVD.

De vez en cuando se los pongo, y los vemos juntos...

Me interesa que los vean, porque es importante lo que esos vídeos dicen, y también cómo él sabía decirlo.

Me interesa, sin yo decírselo, que sientan la pasión que Félix ponía en cada frase, que acompañaba a la imagen y creaba (y crea) un silencio ante el televisor.

Porque para mí Félix, más allá del amor a la naturaleza y al ser humano, es modelo de Pasión por las cosas, por su trabajo, y también por lo que no era su trabajo, que fundamentalmente eran su familia.

Lo he escrito más veces, y lo he dicho muchísimas más. Es fundamental sentir Pasión por las cosas que hacemos, día a día, luchando contra la rutina.

La pasión va acompañada de la ilusión, de las ganas, de la fuerza.

Para él, quizás, era más fácil saberlo transmtir. Era un excelente orador, un fantástico comunicador y profesor.

En Santander, la muerte de Félix tuvo un mayor eco si cabe, ya que esta era la ciudad que él eligió para pasar sus temporadas de descanso con su familia (que intuyo eran escasas).

Nunca le estaremos suficientemente agradecidos por su trabajo.

Nos quedan nuestros paseos por el Parque del Palacio de la Magdalena, donde podremos hacerle un guiño al pasar ante su imagen de bronce, que nos recordará siempre que se puede ser un niño, siendo también un hombre.

martes, 2 de marzo de 2010

PEQUEÑO PRINCIPE


Mi pequeño príncipe, David, cumple hoy diez añazos,

y no puedo menos que expresar aquí la felicidad que durante estos primeros años de su vida, nos ha traído a la nuestra.

Cada hijo es diferente, aunque en todos puede percibirse un algo común, y David tiene muchas cosas propias, suyas, que le hacen genial y singular.

David es lo más cariñoso, lo más parecido a un osito winnie que esté por casa, sin pagar royalties a la Disney.

Comienza a ser ya un personaje, aunque conserva intacta su inocencia de niño, que creo que le acompañará toda su vida.

Me encanta compartir con él mis cosas, que sé que le va a gustar conocerlas, mis colecciones, mis fotos, mis películas...

Como dice su hermano mayor, David es tan friki como yo... está muchas veces en su mundo interior, que es inmenso (afortunadamente).

Le encanta la música, la pintura, creo que le gustará el Arte en general cuando se vaya haciendo mayor.

A la hora de comer, disfruta con la comida, prueba nuevos sabores de cosas que quizás no entren por la vista a un niño de diez años...

Es muy amigo de sus amigos, y confiesa que aun no tiene "amiga" mientras suelta una mirada pícara, como sólo él sabe...

No puede con las escenas violentas en la tele, se va de la habitación o se esconde tras un cojín. Tampoco puede con las de amoríos, los besos le quedan aun muy lejos...

David tiene un corazón que no le cabe en ese cuerpazo que tiene.

Adora a su hermano mayor, hasta el punto de seguirle al fin del mundo (mientras no esté oscuro, claro).

A su pequeña hermana también la quiere, a la vez que la soporta.

David, algunas mañanas de fin de semana, todavía tiene esa necesidad de llegar corriendo a la cama de sus papás reclamando algún que otro mimo, aunque él quiera maquillarlos de buscar mera compañía.

Es nuestro segundo príncipe, y cambió nuestra vida para siempre un tres del tres del cero cero, la llenó más, nos hace inmensamente felices verle crecer, por dentro y por fuera, ir llegando a esa adolescencia que le llamará a su puerta en pocos años.

Cuando estoy junto a él en el sofá de casa, los dos solos, viendo un dvd de Félix Rodríguez que tanto le gustan, o escuchando un vinilo que le llama tanto la atención, muchas veces le miro y me emociono, por dentro claro, que entre hombres no debemos mostrar nuestras emociones :) ...

Felicidades David, toda la felicidad del mundo, hijo.