martes, 2 de marzo de 2010

PEQUEÑO PRINCIPE


Mi pequeño príncipe, David, cumple hoy diez añazos,

y no puedo menos que expresar aquí la felicidad que durante estos primeros años de su vida, nos ha traído a la nuestra.

Cada hijo es diferente, aunque en todos puede percibirse un algo común, y David tiene muchas cosas propias, suyas, que le hacen genial y singular.

David es lo más cariñoso, lo más parecido a un osito winnie que esté por casa, sin pagar royalties a la Disney.

Comienza a ser ya un personaje, aunque conserva intacta su inocencia de niño, que creo que le acompañará toda su vida.

Me encanta compartir con él mis cosas, que sé que le va a gustar conocerlas, mis colecciones, mis fotos, mis películas...

Como dice su hermano mayor, David es tan friki como yo... está muchas veces en su mundo interior, que es inmenso (afortunadamente).

Le encanta la música, la pintura, creo que le gustará el Arte en general cuando se vaya haciendo mayor.

A la hora de comer, disfruta con la comida, prueba nuevos sabores de cosas que quizás no entren por la vista a un niño de diez años...

Es muy amigo de sus amigos, y confiesa que aun no tiene "amiga" mientras suelta una mirada pícara, como sólo él sabe...

No puede con las escenas violentas en la tele, se va de la habitación o se esconde tras un cojín. Tampoco puede con las de amoríos, los besos le quedan aun muy lejos...

David tiene un corazón que no le cabe en ese cuerpazo que tiene.

Adora a su hermano mayor, hasta el punto de seguirle al fin del mundo (mientras no esté oscuro, claro).

A su pequeña hermana también la quiere, a la vez que la soporta.

David, algunas mañanas de fin de semana, todavía tiene esa necesidad de llegar corriendo a la cama de sus papás reclamando algún que otro mimo, aunque él quiera maquillarlos de buscar mera compañía.

Es nuestro segundo príncipe, y cambió nuestra vida para siempre un tres del tres del cero cero, la llenó más, nos hace inmensamente felices verle crecer, por dentro y por fuera, ir llegando a esa adolescencia que le llamará a su puerta en pocos años.

Cuando estoy junto a él en el sofá de casa, los dos solos, viendo un dvd de Félix Rodríguez que tanto le gustan, o escuchando un vinilo que le llama tanto la atención, muchas veces le miro y me emociono, por dentro claro, que entre hombres no debemos mostrar nuestras emociones :) ...

Felicidades David, toda la felicidad del mundo, hijo.

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