ENERGUMENOS

Me encanta el Parque de las Llamas.

Me gusta, y me gusta mucho.

Pasear por sus caminos, los días soleados, solo o acompañado...

El otro día lo recorrí, de extremo a extremo; lo hago frecuentemente por tenerlo cerca de casa, con mis hijos.

Yo les iba explicando que realmente su nombre es Parque Atlántico, aunque todos le hemos llamado desde el principio Parque de las Llamas.

Les contaba por qué su nombre era Parque Atlántico, y cómo los caminos y esas singulares jardineras no tienen quiebros caprichosos, aunque así lo parezca, sino que responden a dar forma a los continentes a ambos lados de Océano Atlántico, a América (en el lado norte, el que está junto a la S-20) y a Europa y Africa (en el lado Sur, junto a la Universidad).

Les iba contando yo esto a mis hijos, mientras paseábamos cerca de la tirolina y de los columpios de ruedas de neumáticos, camino de la cafetería, por eso les comenté que en ese momento recorríamos "la costa americana" y que si nos asomábamos a la barandilla para contemplar si había patos en "el océano" podríamos ver frente a nosotros la costa europea, en concreto Portugal, y la plataforma de madera donde alguna vez he visto actuar bandas de música, que es la isla de Gran Bretaña (Irlanda está a su lado, pero no es accesible para los paseantes).

Les gustó la idea de que las pasarelas de madera que cruzan de un lado a otro el lago, simbolizan los recorridos históricos, como el viaje de Magallanes y El Cano, o el desafortunado del Titanic (que es la pasarela que termina en mitad del lago).

También les conté que las diferentes especies de árboles que hay en cada lugar del parque, responden a árboles típicos de esos lugares en los países atlánticos.

Al acercarnos a la cafetería ya estábamos en los Estados Unidos de América, y por tanto no es extraño que los carteles que nos informan de cada especie de árbol así nos lo indicara....

¿carteles? Cual fue mi decepción al comprobar que casi la totalidad de esos carteles de metacrilato que se colocaron para la inauguración del Parque, nuestro Parque, ya no existían, porque algún energúmeno (he pensado un rato el calificativo) se ha dedicado a arrancarlos, y privarnos a todos de su lectura e información.

Alguno queda (lamento dar pistas, pero estoy convencido que quien ha destrozado de esa forma el patrimonio de todos nunca va a leer estas líneas) y así pude enseñar a mis hijos que efectivamente todos los árboles al norte del parque pertenecen a especies propias de America, y todos los que viven junto a la Universidad son propios de Europa y Africa.

Qué tristeza me produce pensar que el autor o autores de ese vandalismo puedan ser chicos jóvenes. desearía que no, que fuese obra de alguna persona de avanzada edad a quien sus padres y sus profesores (en ese orden) nunca le enseñaron a respetar lo que es de todos, el patrimonio público, de nuestra ciudad, región, pais o planeta, qué mas da....

Ojalá no hayan sido chicos jóvenes, que seguro van a tener oportunidad de ser algún día padres, y tendrán la responsabilidad y la obligación de contarles a sus hijos que más importante que las matemáticas o que la literatura, es el Respeto a los demás, a su forma de pensar y de actuar. El respeto por el trabajo de los otros...

Que el Civismo, el pertenecer a la "cívitas", a la ciudad, es algo más que estar empadronado en un lugar, o aparcar un coche. El civismo es la Cultura, el saber estar, es la educación, es el comportamiento...

El Civismo es pasear por ese magnífico Parque, corazón ya de nuestra ciudad, y sentirlo como propio, y sentirnos orgullosos de que podamos colaborar en mantenerlo vivo, y en que mejore y crezca año tras año...

No me cansaré de repetir cuán importante es la Educación de nuestros jóvenes. Qué importante, pero qué lejos está a menudo en la lista de objetivos de los que nos gobiernan, porque esos jóvenes no votan hoy, ni votarán en los próximos cinco o siete años...

Mientras, nuestros árboles seguirán allí, creciendo en nuestro Parque Atlántico, Parque de la Llamas, que ójala pronto se vea ampliado, duplicando su tamaño, para disfrute y orgullo de todos nosotros, y de generaciones venideras.