domingo, 4 de diciembre de 2011
Reyes Magos de escayola
Dice el bolero que 20 años no es nada...pero treinta ya son algo más.
Dentro de pocos días, esta foto cumplirá treinta años... Y al contemplarla, recuerdo muchas cosas.... Eran las navidades de octavo de EGB, y eran las navidades en Santander, tras un año entero en Tenerife. En el viaje desde las Islas afortunadas nos acompañaron este San José, y María, que desde entonces y hasta ahora ya son miembros más en casa de mis padres, cada navidad.
Esta navidad del 81 recuperamos en Santander el viejo belén que no llevamos a Tenerife el año anterior...con sus figuritas de plástico, y sus reyes magos inconfundibles....
Pero en esta foto veo tres reyes magos nuevos, de escayola, mucho mayores que los tres reyes que siempre habíamos tenido en nuestro belén. Imagino que estos reyes de escayola los compramos para que su tamaño fuera acorde al gran tamaño del misterio que habíamos traído desde Tenerife...
Y es gracioso, porque en la foto, aunque casi no se aprecia, también están los tres viejos reyes magos de plástico, disimulados entre los pastores...Gaspas, con su barba rubia y su cabezota calva, está a los pies de San José... y los otros dos, Melchor y Baltasar aparecen en la foto a la izquierda de la Virgen, justo delante del rey de escayola que se acerca al belén...
Y sus tres camellos de plástico también aparecen a la izquierda de la foto, subidos a esas montañas de corteza...
Es curioso, no tengo más recuerdos de otros belenes después de este que montamos en la navidad de 8º...o al menos no recuerdo que los reyes de escayola nos acompañaran más navidades...
Sin embargo, los tres viejos reyes magos de plástico sí que han perdurado en mi memoria mucho más tiempo...y aunque los he intentado encontrar y recuperar, ha sido en vano...ya no están...
Claro, ya son 30 años de esta foto, y por mucho que se empeñe el bolero, 20 años son bastantes, así que 30 son una barbaridad...
Feliz Navidad
viernes, 28 de octubre de 2011
INDIGNADO
Ya hace tiempo que no encuentro un rato para rellenar unas líneas que me hagan pensar que sigo alimentando este, mi blog...
Pero hoy no he podido resistirme...porque estoy indignado, después de haber presenciado un programa de TV hace unos minutos: "atrapa un millón", estoy indignado.
La cultura es el gran capital de un pais, pero no la Cultura con mayúsculas, no, la otra, la individual, la que cada uno llevamos a cuestas, la que durante todos los años de nuestra vida, vamos alimentando, con mayor o menor efusión...
Y es que en el programa de hoy hay preguntas, pero sobre todo respuestas, que me han dejado atónito.
Me gusta ver estos programas, porque mi capacidad de sorpresa no tiene límites...
Voy a resumir la situación: la concursante, una chica que más o menos calculo que sería de mi edad, 43, quizás alguno menos, y le acompañaba un famoso para ayudarle a responder...
La dinámica del concurso es que partes con 200.000 euros que ya son tuyos, pero los tienes que ir apostando durante 10 preguntas, en las respuestas que consideras las acertadas, dándote varias respuestas....
Claro, cuando no tienes clara la respuesta puedes repartir el dinero entre varias...
Pues bien, las tres preguntas, cuyas respuestas me han indignado son:
aparecen tres respuestas J K Q
y la pregunta: ¿en qué carta de la baraja aparece una mujer?
Pues bien, ninguno de los concursantes tenía ni idea que la K proviene de la palabra KING y la Q de la palabra QUEEN.
ya en ese momento se dibujó una leve sonrisa pensando: vaya vaya con el personal...
pero mi sorpresa aumenta en otra pregunta,
las respuestas: La sábana santa, el látigo de indiana Jones, las tablas de la Ley
La pregunta: ¿qué había dentro del arca de la alianza?
Y ante mi total incredulidad, veo que los dos concursantes dudan entre dos respuestas (menos mal que descartaron la opción del látigo de indiana Jones, porque sino habría cambiado de canal).
Yo alucinaba ante la imagen de los dos concursantes dudando...pero claro, llegué a pensar que lo que no tenían ni idea es de lo que era el arca de la alianza...
Carlos Sobera, que también estará ya curado de espanto a estas alturas... no pudo reprimir preguntarles, cuando ya no tenían opción de cambiar su apuesta, si sabían qué era la sábana santa...y de que año más o menos...lógicamente del año 33...
y después les preguntó si tenían idea de cuándo más o menos era el arca de la alianza....que claro, no tenían ni idea, pero de muchos cientos de años antes, incluso miles...
en fin, me revolví indignado porque ante el desconocimiento de la respuesta, perdieron unos 65.000 euros...
pero cuando pensé que ya lo había visto todo...llegó la última pregunta, la número diez, a la que claro, llegaron con lo mínimo, cinco mil euros nada más de los 200.000 de partida, y se la tenían que jugar a una de las dos respuestas posibles:
Las respuestas eran: remolacha y miel
La pregunta: ¿de dónde se saca el azucar?
Y si, ya sé que no os lo vais a creer, pero eligieron la miel.
Y es que hay un Dios justo en esto de los concursos...y estos concursantes no se merecían llevarse a casa ni un euro...
Como dije al principio...me preocupa la cultura con minúsculas, esa que cada uno llevamos en nuestros bolsillos, y de la que repartiremos una parte a nuestros hijos...
Pero hoy no he podido resistirme...porque estoy indignado, después de haber presenciado un programa de TV hace unos minutos: "atrapa un millón", estoy indignado.
La cultura es el gran capital de un pais, pero no la Cultura con mayúsculas, no, la otra, la individual, la que cada uno llevamos a cuestas, la que durante todos los años de nuestra vida, vamos alimentando, con mayor o menor efusión...
Y es que en el programa de hoy hay preguntas, pero sobre todo respuestas, que me han dejado atónito.
Me gusta ver estos programas, porque mi capacidad de sorpresa no tiene límites...
Voy a resumir la situación: la concursante, una chica que más o menos calculo que sería de mi edad, 43, quizás alguno menos, y le acompañaba un famoso para ayudarle a responder...
La dinámica del concurso es que partes con 200.000 euros que ya son tuyos, pero los tienes que ir apostando durante 10 preguntas, en las respuestas que consideras las acertadas, dándote varias respuestas....
Claro, cuando no tienes clara la respuesta puedes repartir el dinero entre varias...
Pues bien, las tres preguntas, cuyas respuestas me han indignado son:
aparecen tres respuestas J K Q
y la pregunta: ¿en qué carta de la baraja aparece una mujer?
Pues bien, ninguno de los concursantes tenía ni idea que la K proviene de la palabra KING y la Q de la palabra QUEEN.
ya en ese momento se dibujó una leve sonrisa pensando: vaya vaya con el personal...
pero mi sorpresa aumenta en otra pregunta,
las respuestas: La sábana santa, el látigo de indiana Jones, las tablas de la Ley
La pregunta: ¿qué había dentro del arca de la alianza?
Y ante mi total incredulidad, veo que los dos concursantes dudan entre dos respuestas (menos mal que descartaron la opción del látigo de indiana Jones, porque sino habría cambiado de canal).
Yo alucinaba ante la imagen de los dos concursantes dudando...pero claro, llegué a pensar que lo que no tenían ni idea es de lo que era el arca de la alianza...
Carlos Sobera, que también estará ya curado de espanto a estas alturas... no pudo reprimir preguntarles, cuando ya no tenían opción de cambiar su apuesta, si sabían qué era la sábana santa...y de que año más o menos...lógicamente del año 33...
y después les preguntó si tenían idea de cuándo más o menos era el arca de la alianza....que claro, no tenían ni idea, pero de muchos cientos de años antes, incluso miles...
en fin, me revolví indignado porque ante el desconocimiento de la respuesta, perdieron unos 65.000 euros...
pero cuando pensé que ya lo había visto todo...llegó la última pregunta, la número diez, a la que claro, llegaron con lo mínimo, cinco mil euros nada más de los 200.000 de partida, y se la tenían que jugar a una de las dos respuestas posibles:
Las respuestas eran: remolacha y miel
La pregunta: ¿de dónde se saca el azucar?
Y si, ya sé que no os lo vais a creer, pero eligieron la miel.
Y es que hay un Dios justo en esto de los concursos...y estos concursantes no se merecían llevarse a casa ni un euro...
Como dije al principio...me preocupa la cultura con minúsculas, esa que cada uno llevamos en nuestros bolsillos, y de la que repartiremos una parte a nuestros hijos...
viernes, 5 de agosto de 2011
31 AÑOS PITUFANDO
La pasada semana mis hijos menores fueron al cine, y vieron la película de los Pitufos...
Mientras yo les acercaba en coche hasta allí, les comentaba que el próximo mes de septiembre se cumplirán 31 años de ese otoño 1980...
Mi familia, acabábamos de llegar a Tenerife, donde pasaríamos un fabuloso año de nuestras vidas... Yo estudiaría 7º de EGB y mi hermano 4º.
Mi padre había encontrado un piso de alquiler, provisional hasta que el resto de la familia llegásemos allí, en una céntrica plaza de Santa Cruz de Tenerife... y en concreto era una vivienda en lo alto de un moderno edificio de la hoy plaza del chicharro.
Recuerdo que tenía una enorme terraza...
Pues bien, sin saber ni mi hermano ni yo, que se acababan de poner de moda (al menos en las Canarias) las figuritas de los pitufos...que más tarde se hicieron famosas en toda España...
En la tienda que había justo debajo de casa, había un escaparate donde lucían todas esas figuritas, con los muchos complementos, como las setas que les servían a los smurfs de casa.
Yo hasta entonces no conocía al malvado Gargamel, ni a su gato, ni que había un papa pitufo, y uno filósofo, y una pitufina...
Durante el año que estuvimos allí, fuimos comprando, mi hermano y yo a partes iguales, un montón de esas figuritas de plástico, y algunos de los complementos... que colocábamos en las baldas del salón de la que fue nuestra casa de alquiler elegida para pasar el resto del año (esta vez en la calle Ramón y Cajal).
Al regresar al año siguiente a Santander, todas esas figuritas nos acompañaron...aunque supongo que se fueron perdiendo en los años siguientes...
Hoy la nostalgia hace que podamos disfrutar de sus imágenes... en internet, como tantas otras cosas.
Han pasado 31 años...y la verdad es que parece que todavía me veo, con mi hermano de 10 años a mi lado, pegadas las narices contra el cristal del escaparate...ansiosos por tener esos pitufos en nuestro poder...
Todo esto se lo contaba yo a mis dos hijos pequeños, que ahora tienen 11 y 6 años, mientras ellos me escuchaban muy atentos, en silencio, imagino que pensando...¿cuándo llegará papá a la puerta del cine?
sábado, 1 de enero de 2011
TRADICION
Hoy es 1 del 1 del 11.
Nuestro último año bisiesto....bueno, ya, echándole un poco de imaginación.
Porque el siguiente bisiesto será el 2112 y mucho me temo que no lo vivamos, al menos en esta reencarnación.
Porque llevo días pensando que los sentimientos son relativos, y eso hace que realidades que parecen absolutas, inmutables, se tambaleen y no resulten así.
Parece que hay un consenso internacional sobre lo que es un número bisiesto, o un número primo.... (por cierto que este año creo también lo es). Es lo mágico de las matemáticas, su imposibilidad de relativizar....o no.
Una pizca de rebeldía parece que nos puede alegrar el año (que hará falta) y disfrutar de este, nuestro último bisiesto. Pero ¿qué más da que lo sea o no?
Si lo realmente importante será que disfrutemos de él, de cada día, no como si fuera el último de nuestra vida (que sería una locura, frenética) sino como si fuera el primero del resto de nuestra vida, que indudablemente además así será.
Cada vez pienso más que lo relativo vence a lo absoluto, como los grises vencen al blanco o al negro, como lo emocional vence a lo racional...
Cada vez estoy más convencido que lo importante no es la temperatura que marque un termómetro, sino el calor o frio que sintamos.
Cada vez estoy más seguro que no hay una medida de tiempo absoluta, sino que el tiempo pasa unas veces más deprisa y otras más despacio, porque es así como lo sentimos, y por lo tanto es así como es.
Nos cruzamos, trenzamos nuestros tiempos con los demás, porque trenzamos nuestras actividades, nuestras vidas... y nos vemos y hablamos y sentimos, y mientras, el tiempo va pasando en cada uno de diferente manera y velocidad (aunque el reloj de nuestra muñeca quiera empeñarse en decirnos que todo está marcado y predefinido, y que él tardará siempre el mismo tiempo en avanzar un puesto su aguja minutera)
No es asi, aunque cada minuto siga teniendo 60 segundos, lo importante es cómo saborearemos esos minutos, esperando un autobús o besando por primera vez a la compañera del instituto, que indudablemente trancurrirán de forma diferente en el interior de cada uno de nosotros.
Y dicho esto tengo que decir que esta mañana el tiempo se detuvo unos minutos mientras escuchaba el concierto de año nuevo en Viena. Sentí que se repetía un momento que me carga las pilas, cada año, al iniciarlo..
y mientras veia el fantástico ballet, y escuchaba los sones del Danubio azul, pensé lo importante que es la Tradición.
Nuestro último año bisiesto....bueno, ya, echándole un poco de imaginación.
Porque el siguiente bisiesto será el 2112 y mucho me temo que no lo vivamos, al menos en esta reencarnación.
Porque llevo días pensando que los sentimientos son relativos, y eso hace que realidades que parecen absolutas, inmutables, se tambaleen y no resulten así.
Parece que hay un consenso internacional sobre lo que es un número bisiesto, o un número primo.... (por cierto que este año creo también lo es). Es lo mágico de las matemáticas, su imposibilidad de relativizar....o no.
Una pizca de rebeldía parece que nos puede alegrar el año (que hará falta) y disfrutar de este, nuestro último bisiesto. Pero ¿qué más da que lo sea o no?
Si lo realmente importante será que disfrutemos de él, de cada día, no como si fuera el último de nuestra vida (que sería una locura, frenética) sino como si fuera el primero del resto de nuestra vida, que indudablemente además así será.
Cada vez pienso más que lo relativo vence a lo absoluto, como los grises vencen al blanco o al negro, como lo emocional vence a lo racional...
Cada vez estoy más convencido que lo importante no es la temperatura que marque un termómetro, sino el calor o frio que sintamos.
Cada vez estoy más seguro que no hay una medida de tiempo absoluta, sino que el tiempo pasa unas veces más deprisa y otras más despacio, porque es así como lo sentimos, y por lo tanto es así como es.
Nos cruzamos, trenzamos nuestros tiempos con los demás, porque trenzamos nuestras actividades, nuestras vidas... y nos vemos y hablamos y sentimos, y mientras, el tiempo va pasando en cada uno de diferente manera y velocidad (aunque el reloj de nuestra muñeca quiera empeñarse en decirnos que todo está marcado y predefinido, y que él tardará siempre el mismo tiempo en avanzar un puesto su aguja minutera)
No es asi, aunque cada minuto siga teniendo 60 segundos, lo importante es cómo saborearemos esos minutos, esperando un autobús o besando por primera vez a la compañera del instituto, que indudablemente trancurrirán de forma diferente en el interior de cada uno de nosotros.
Y dicho esto tengo que decir que esta mañana el tiempo se detuvo unos minutos mientras escuchaba el concierto de año nuevo en Viena. Sentí que se repetía un momento que me carga las pilas, cada año, al iniciarlo..
y mientras veia el fantástico ballet, y escuchaba los sones del Danubio azul, pensé lo importante que es la Tradición.
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