miércoles, 31 de diciembre de 2008

FELIZ DIA NUEVO

Mañana será otro día más,
lleno de horas que rebosan de minutos que nos esperan para poder vivirlas,
para sentir, pasear, charlar, tomar un café, ver una película, emocionarnos con una aria,
jugar a las cartas, escribir a un viejo amigo, ojear de nuevo algún libro de nuestra estantería, repasar nuestras fotos en sus álbunes ya "clásicos", archivar nuevos emails, trabajar,
ir de excursión, sentarnos en algún banco de algún parque, cruzar una mirada cómplice,
leer algún periódico, silbar una canción, ...

Mañana estrenamos un nuevo año, pero también comienza un nuevo mes, Enero, que tanto significa para muchos de nosotros, un mes de propósitos, un mes habitualmente frío, que invita a sitios cálidos tras algún cristal desde el que mirar el paisaje, la bahía, el mar...

Pero lo más importante es que mañana nos esperan muchas horas nuevas, que nunca hemos vivido antes, que no volveremos a vivir. Donde debemos encontrar respuestas a nuestras preguntas, y aprenderemos otra vez el valor de una sonrisa en la cara de un niño, y la fuerza incansable de mil olas golpeando la misma arena, mientras el sol calienta nuestro rostro.

domingo, 28 de diciembre de 2008

DIA DE LOS INOCENTES


A veces, el calendario es insoportablemente irónico.


Herodes no fue tan cruel, todo es superable.

jueves, 25 de diciembre de 2008

SE LLAMA MARIA

No sé mucho más de ella, apenas lo que nos contamos ambos en los dos únicos cafés que nos hemos tomado juntos.

Ayer me ha enviado esta felicitación de navidad, que hoy quiero compartir aquí.

Me atrevo a afirmar que es el mejor enlace de navidad que he recibido nunca.

http://porunanavidaddiferente.com

Mi amiga se llama María, nos unen dos cafés y muchas inquietudes.

Gracias, María

domingo, 21 de diciembre de 2008

DE FRIO Y DE FUTBOL

Me confieso no futbolero,

aunque a veces he pensado que no habría estado mal tener este deporte como un motivo más para apasionarme, cada domingo.

Empleo el verbo en pasado porque creo que la afición por el fútbol (o cualquier otro deporte), debe fraguarse a edad temprana, en el colegio, y ese no fue mi caso.

Recuerdo que al coleccionar los cromos de la Liga, cada año, a mi me faltaban el 57 o el 86, mientras que a mis amigos, más futboleros, les faltaban Juanito o Santamaría.

Y es que hoy hace un frio que duele en la cara, y además el Racing juega en casa, lo que significa que veinte mil personas tienen una cita obligada con el campo, en vivo.

Ya dije que no soy futbolero, pero me interesa, y mucho, el fenómeno social del futbol.

Hace ya tiempo escribí una reflexión (supongo que siga a tiro de clik de ratón en el link de la derecha) sobre la relación de padres e hijos cada domingo, cuando ambos son futboleros.

Hoy he tomado un café caliente, cerca del campo, cuando faltaba apenas media hora para el comienzo del partido. Pasaba por ahí..

Resulta que la cafetería estaba a tope, con gente "cargando pilas de calor" antes de plantarse en el campo.

Y yo, en la barra, saboreando mi café, y con los ojos y oidos puestos en la pareja a mi lado:

dos hombres de unos setenta años, con cara de buenas personas, uno de ellos había entrado un minuto antes, y ya me había fijado en él porque traía una boina del Rácing, de las que apenas se ven, toda verde, con su escudo bordado y su rabillo de boina.

El otro llegó después, con su nieto, un chico de unos nueve años (afino en la edad porque algo de eso sé) ambos con las correspondientes bufandas blanquiverdes.

Se saludaron como el que se vio hace escasos días (probablemente sufrieron juntos la eliminación europea el pasado jueves). La novedad hoy la protagonizaba el chaval, el nieto de uno de ellos. Era la primera vez que su abuelo le traía al futbol, aunque el muchacho le confesó al amigo de su abuelo que lo suyo era el baloncesto.

Yo, mientras tomaba mi café, no perdía dato de la escena, y sonreía por dentro.

Mi mirada pasaba de un amigo al otro, como si se tratase de un partido de tenis. Vi complicidad en sus bromas, en sus miradas, en cómo uno bromeaba con el jovenzuelo, mientras el abuelo asentía orgulloso.

Pensé yo que seguramente llevaban decenas de años quedando para ver juntos a su Racing del alma.

Pensé que en ese momento la Amistad llenaba esa parte del bar en la que estaban ambos.

Una amistad que, muy probablemente, había atravesado por días de inmensa alegría, y días tediosos, aburridos, de mal futbol, de lluvia y de frio.

Como hoy, que hacía un frio que dolía en la cara.....

Pusieron, los tres, rumbo al campo, y yo los vi alejarse.

El futbol, pensé, es lo que tiene,
que puede forjar y alimentar amistades difíciles de describir,
y altamente envidiables.

martes, 16 de diciembre de 2008

Satur


A veces, rara vez pero puede pasar, nos encontramos alguna noticia que nos ilumina el corazón.


Pasa en Vitoria, donde imagino que estas noches de invierno haga un frío difícilmente imaginable.


El protagonista de esta historia es un hombre de unos sesenta años, con bigote, y una furgoneta en la que un amigo suyo y él han decidido, cada noche, recorrer las calles de su ciudad con una gran cacerola de caldo caliente, que no dudan en ofrecer a cualquien mendigo que pasa la noche bajo un cartón, o en el banco de un parque, o junto al escaso calor de un cajero automático.


Es un ritual que cada noche que pasa les hace más grandes a ambos.


Nadie se niega a tomar un cazo, o dos de un caliente caldo, en el invierno de Vitoria.


Mientras su amigo conduce la furgoneta, él atrás prepara la cacerola para el siguiente.


El se llama Satur, y su amigo, con quien comparte este sueño, no lo sé,

aunque sus nombres son lo menos importante.

domingo, 14 de diciembre de 2008

30 enero 2000

" Qué vértigo me da verte crecer...

qué miedo encontrarme con ese día en que hayas escondido tu inocencia para siempre,

en que no llegues a la cama de tus papás corriendo, orgulloso por esa pistola que acabas de fabricar con apenas dos piezas de colores

el día en que tu vida se vaya llenando de cosas sólo tuyas... de temores adolescentes.

Hoy nos llenas las horas, a tu madre y a mí, cuando en pocos meses cumplirás los 3 añitos, imitando esos animales que tanto te gustan...
jugando a cazadores con simples palos o creyéndote cachorro de león.

Hoy es el día en que aun todo son preguntas a papá y a mamá,
en que el miedo aparece si al final del pasillo está oscuro...
y en que esa manita tan pequeña y tan preciosa pide la de su papá si hay que cruzar una calle
o saltar un escalón.

Cómo noto que tu infancia se escapa entre mis dedos,
por más que los cierro...

A veces, cuando te acompaño a la cama por la noche, tras de ti,
mientras tambaleas tu cabecita al andar, con paso firme y rápido,
sabiendo que tu papá te arropará y tras un beso rezará contigo...

a veces , en esos momentos suspiro en silencio deseando que nunca se acabe ese rito,
sabiendo que crecerás y que se terminará.

Hoy no puedo más que escribir en este folio, este miedo que también es alegría,
de pensar en lo grande y fuerte que te estás haciendo
e imaginar lo buena persona que serás en el futuro, cuando todo nuestro anhelo será
que te sientas orgulloso de tus padres."
30 enero 2.000

sábado, 13 de diciembre de 2008

HACE TANTO...(O TAN POCO) TIEMPO


16 Julio 1997 (mi primer hijo cumplía un mes) y escribí:


" Mi hijo

y con esas palabras te imagino sonriendo,
mientras duermes,
entreabriendo esos ojos claros que aun no miran,
y pienso en toda la vida que esos ojos vivirán...
tantas sorpresas, tantas lágrimas que asomarán a ellos...
Te imagino tan débil, bajo la siempre atenta mirada de tu madre,
siempre vigilante, siempre dispuesta,
dándolo todo por ti.
Hoy, sin verte te estoy viendo
esperando que asome esa mueca inconsciente que nos hace reir a todos.
Te estoy viendo mover rápidamente las manos, aun rosadas...
y me imagino a tu lado para siempre."

lunes, 8 de diciembre de 2008

LAS ARENAS DE CAROLINA DEL NORTE


Tengo que recomendársela,

pasearán playas lejanas, y bailarán en pantalanes de madera...

de los que no querrán volver.

en alguna esquina


Ya se ve el final de este "corto" fin de semana largo, y de nuevo nuestra retina se esfuerza en recordarnos que algo estamos haciendo mal, tremendamente mal.