Lo sencillo, lo simple, sin adornos, sin aditivos ni edulcorantes.
Llegar a lo esencial, a lo irrenunciable.
Me decía alguien, estos días atrás, que lo difícil no es tanto cómo enseñar a los chicos, hoy en día en las aulas, tanto en Primaria como en Secundaria,
lo más difícil es pararse a pensar y conseguir elegir qué enseñar.
Qué cosas son imprescindibles que conozca un chico de 14 o 15 años, que le sirvan para el resto de su vida, con independencia de lo que quiera hacer unos años después.
Pararnos y pensar.
Quizá es un sano ejercicio para nuestra vida en general, pero más lo es si lo que está en juego es el futuro intelectual de nuestros jóvenes adolescentes y niños.
jueves, 12 de febrero de 2009
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