domingo, 6 de diciembre de 2009

TENGO UN AMIGO QUE...

Tengo un amigo que veo una vez al mes. Un antiguo compañero de universidad, que junto a otro tercero, hacemos por coincidir una mañana de domingo al mes, y contarnos cómo nos van las cosas.
Mi amigo tiene un hijo, al que ve todos los viernes, y con quien comparte un fin de semana cada dos.
Hoy mi amigo nos ha contado que tiene planes para estas navidades.

Ha decidido que justo antes de nochebuena, llenará su coche de toda la ropa usada de niños y todos los juguetes viejos, que podamos darle los que le conocemos, y partirá hacia el sur, durmiendo esa noche quizás en Algeciras, y cruzando al día siguiente el estrecho, rumbo a Rabat, en Marruecos.

Piensa llevar su coche a rebosar, de todas esas cosas que a los demás nos sobran, nos llenan, y no usamos. Juguetes que a nuestros hijos ya dejaron de entretenerles, casi desde que los estrenaron. Libros de cuentos que apenas han leído, y ropa que ya dejaron pequeña.

Allí ya ha contactado con una persona que le llevará a un colegio de niños donde descargar su particular cargamento.

Estará allí hasta el día 28 o 29, para regresar a Santander en nochevieja, y compartir con su hijo la entrada de año nuevo y los Reyes Magos.

Supongo que en Marruecos vivirá unos días difíciles de olvidar.

Tengo un amigo que me hace sentirme orgulloso de ser su amigo.

Mi amigo se llama Roberto.

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